Las hortalizas provenientes de forma directa del jardín son ricas en vitaminas y sencillamente deliciosas. Ahora bien, ¿Cómo producir una huerta y qué hortalizas sembrar en ella? En la mayor parte de los casos, una cuidadosa preparación es determinante. Lo primero es pensar sobre la medida del huerto y el reparto de los parterres. Si cuentas con un plano, reflexiona sobre las variedades que quieres cultivar teniendo presente el área disponible. La conducta de las plantas —madurez y lapso de reposo, por ejemplo— es un elemento esencial para la votación de las hortalizas. Los próximos tips facilitan la entrada al mundo que suponen las huertas y, al seguirlos, te recompensarán con una exuberante cosecha.
Tener presente el incremento de las plantas
En inicio, se necesita diferenciar entre los cultivos primordiales de incremento lento que se tienen que sembrar primeramente y los cultivos precoces o tardíos cuyos periodos de desarrollo son muchísimo más cortos. El tomate, la patata, la zanahoria, el pepino y la cebolla son parte de los cultivos primordiales. La espinaca, la lechuga arrepollada y el rábano son parte de los cultivos precoces y la valeriana, la coliflor, el colinabo y la col rizada pertenecen a los cultivos tardíos.
Variedades de hortalizas compatibles entre sí
¿Dios los cría y ellos se juntan? Este proverbio no se aplica precisamente a las plantas. La conjunción de plantas cuyas necesidades en nutrientes son diferentes posibilita optimizar la explotación de los recursos del suelo. Ten en cuenta combinar plantas con necesidades moderadas en nutrientes con plantas cuyas necesidades sean bajas o altas.
Plantas poco extractoras: judía enana, lechuga, rábano, espinaca y cebolla
Plantas moderadamente extractoras: endivias, colinabo, puerro, acelga, zanahoria, pimiento y judía
Plantas bastante extractoras: cada una de las variedades monumentales de repollo, calabaza común, ruibarbo, pepino, patata, tomate y calabacín
Buenas asociaciones
- Tomate y pepino
- Tomate y guisante liso
- Lechuga, judía, repollo y zanahoria
- Zanahoria, cebolla y puerro
- Tomate y lechuga
Malas asociaciones
- Judía, guisante liso y cebolla
- Pepino, repollo, judía y lechuga
- Tomate, guisante liso, repollo y espinaca
- Repollo y cebolla
- Tomate y patata
Cuidados apropiados, cosecha exuberante
Una vez realizado el huerto, solo queda dispensar los cuidados apropiados para cosechar los primeros frutos bastante rápido. Para un aumento sana y vigoroso, la mayor parte de las variedades de hortalizas solo requieren sol y un suelo mullido con un contenido de humedad regular que aporte una ingesta de alimentos balanceada. La separación de raíces, el riego y el abonado conforman una parte importante de los cuidados regulares. Esta última práctica, el abonado, es en especial fundamental para un óptimo desarrollo de las plantas. Debido a que el suelo de la huerta se va empobreciendo referente a nutrientes cosecha tras cosecha, se necesita utilizar un fertilizante adaptado a las necesidades de tus cultivos, de manera de conceder una ingesta de alimentos balanceada a tus plantas.
Las ocupaciones más relevantes en una huerta
Por fortuna, generar tu propio huerto no es complicado y tus esfuerzos se verán recompensados con una deliciosa cosecha transcurridas tan solo unas escasas semanas. Aquí, descubrirás nuestros propios trucos y tips para un óptimo arranque de tus parterres.