¿Sabías que la etapa lunar en la que estamos perjudica de forma directa a los cultivos de nuestra huerta? Realmente, los hortelan@s tenemos la posibilidad de ocupar los ciclos lunares a nuestro favor: ciertos son superiores para plantar, otros para cosechar, otros para realizar labores de mantenimiento, etcétera.
Por sorprendente que parezca, además de llevar a cabo un papel importante, ejemplificando, en el desplazamiento de las mareas, los ciclos lunares permanecen involucrados con los movimientos de la savia en el centro de las plantas, que puede fluir a partir de las raíces hasta la parte preeminente de la planta o al revés, algo que les perjudica en procesos tan relevantes como la fotosíntesis o la germinación de las semillas.
Hoy nos vamos a arrimar un poco más a la luna, para aprender cómo influye en nuestras propias plantas y para que puedas probar en tu huerta diversas tácticas basándote en los ciclos lunares.
Luna nueva
La Luna nueva, además llamada «novilunio» o «interlunio», es la etapa lunar que se da una vez que la Luna está situada exactamente entre la Tierra y el Sol, de forma que su hemisferio alumbrado no podría ser observado a partir de la Tierra.
A lo largo de este periodo las plantas ralentizan su incremento, y es en este instante en el cual la savia circula hasta la base de la planta, acumulándose en las raíces. Como el fotoperíodo está estable, es un óptimo instante para borrar las malas hierbas del huerto, así como de remover los chupones en esas que lo requieran.
Luna creciente
Este periodo obtiene el nombre de luna creciente ya que la cantidad iluminada de la Luna es cada vez más grande, con el paso de los días, coincidiendo con la primera aparición de la luna en el cielo tras la Luna nueva.
Con la llegada de dichos tenues relámpagos de luz lunar en nuestra huerta, la savia vuelve a moverse, en esta situación hacia arriba, con una más grande concentración en las ramas y tallos.
Abajo de la tierra además empieza a haber más desplazamiento, por lo cual se estima que el agua y los nutrientes se absorben mejor a lo largo de este periodo: es el instante de pagar esas plantas que cuentan con una raíz superficial.
Además, la luna creciente perjudica además a la germinación de las semillas, por lo cual es un óptimo instante para germinar las semillas de esas plantas que crecen en elevación, esas de las que aprovechamos sus hojas y frutos, como tomates, lechugas, pimientos, flores, etcétera.
Aprovecharemos que la savia fluye hacia arriba para plantar estas plantas, evitando germinar a lo largo de este periodo cultivos de raíz.
Luna llena
El plenilunio o luna llena es una etapa lunar que ocurre una vez que nuestro mundo está ubicado exactamente entre el Sol y la Luna, coincidiendo con el instante de más grande iluminación, siendo visible al completo a lo largo de toda la noche.
Es a lo largo de este periodo una vez que nuestros propios cultivos experimentan un más grande desplazamiento de agua y savia, por lo cual en los climas húmedos, se ofrece restringir los riegos a lo largo de esta etapa.
Hablamos de un óptimo instante para cosechar, además para pagar y trasplantar, aunque se desaconseja la poda a lo largo de este periodo.
Luna menguante
A lo largo de este periodo la parte visible de la luna va reduciendo con los días hasta volverse nula, instante en el cual regresa otra vez a la Luna nueva. Es en este instante una vez que la savia vuelve a circular hacia la raíz, ralentizando otra vez el incremento del follaje.
Por consiguiente, hablamos de un óptimo instante para podar, en especial si lo cual queremos es ralentizar el desarrollo del follaje y promover la fructificación, puesto que de esta manera evitamos que la planta pierda savia o “sangre” bastante más de lo cual debe.
Es además un óptimo instante para germinar esas semillas que se toman su tiempo, en especial las de las plantas de raíz como zanahorias o patatas, puesto que es en este instante una vez que la actividad de la savia se centra en las raíces. Además es aconsejable cosechar los cultivos de raíz a lo largo de este lapso, así como abonarlos, puesto que la circulación de nutrientes en el área radicular se incrementa en este periodo.
Al fin y al cabo, como puedes ver, la luna tiene mucho que mencionar en el planeta de la huerta. Y tú ¿has probado a cultivar tu huerta basándote en alguno de dichos consejos?
¡La luna está de tu lado!