Espacio designado a su cultivo:
Oriundo de las zonas tropicales del sudeste asiático, el pepino es bastante exigente en lo cual respecta a la luz y la temperatura. De modo que, se lleva a cabo bien en las regiones de los invernaderos protegidas del sol. En exteriores, los sitios luminosos y salvaguardados del aire, los parterres y las cajoneras de cultivo gigantes conforman emplazamientos apropiados. El fruto — considerado una hortaliza en su sentido más estricto— es demasiado extractor de nutrientes, razón por la que el cultivo de la planta ordena la observancia de una rotación cuadrienal, al menos. El pepino se lleva a cabo bien junto al tomate y el pimentón. Además, el suelo de cultivo debería ser rico en nutrientes, mullido y humífero.
Colocación de las plantas
Antes que nada, se necesita dictaminar si plantar las semillas de pepino en suelo firme o mercar plantas adolescentes. En el instante de mercar las semillas o las plantas, verifica si se corresponden a variedades aptas para el cultivo al viento independiente o en invernadero.
Se puede iniciar el cultivo del pepino a inicios de mayo en el alféizar de una ventana. Las raíces resultan muy propensos, por lo cual es recomendable plantar las semillas en potes biodegradables a una temperatura de por lo menos 25 ºC y, más adelante, trasplantar las plántulas en parterres. Una vez germinadas las semillas, sitúa los potes en un espacio fresco. 2 o 3 semanas después, trasplanta las plántulas en los parterres o en cajoneras de cultivo monumentales. Para asegurar una buena fertilización, abona el suelo con compost o con un abono biológico sólido para hortalizas anterior a realizar el trasplante. Salvaguarda las plantas con un geotextil en caso de que exista un peligro de heladas inusuales.
Lo mismo se aplica en la situación de una siembra directa al viento independiente. Las temperaturas diurnas cerca del suelo no tienen que ser inferiores a los 12 ºC. Traza cruces en el suelo distanciadas 1 m entre sí y sitúa entre 3 y 5 semillas en cada hoyo.
Cuidados del pepino
Riego:
El pepino requiere mucha agua, en especial a lo largo de la fructificación. Riega cotidianamente en verano, empero ten en cuenta eludir cualquier anegamiento. El agua tibia evita la podredumbre radicular, así como el amargor de los frutos. Reparte una capa fina de abrigo vegetal, ejemplificando, una capa de hierba, sobre las raíces para evadir una evaporación desmesurada del agua.
En invernadero: airea regularmente para que las hojas se sequen bien, lo cual constituye una buena medida para minimizar el peligro del mildiu.
Fertilización:
Además de necesitar mucha agua, el pepino además requiere varios nutrientes. Para obtener una cosecha exuberante, aplica un abono orgánico líquido para hortalizas semanal o mensualmente en compañía de cuerno triturado.
Poda:
El pepino, en especial las variedades armenias, repta de forma sencilla, llegando a extenderse hasta los 4 m. No dudes en despuntar los tallos. Remueve todos los frutos inferiores y los tallos laterales hasta 50 centímetros por arriba del suelo. Para excitar el desarrollo de los brotes laterales, puedes despuntar el tallo primordial una vez que alcance la longitud deseada. Además despunta las primeras flores para excitar la subsiguiente formación de un enorme conjunto de flores y, consecuentemente, de frutos.
En la situación del cultivo del pepino en invernadero, usa una espaldera de hierro o de cuerdas. Es recomendable empalizar el pepino al viento independiente para aislarlo del suelo.
Cosecha:
Los primeros pepinos se cosechan 2 meses luego de la plantación. Corta de manera directa los frutos maduros para excitar el rebrote.