La siembra es un método de reproducción poco complicado y accesible a todos. La elección de semillas cada vez tiene mas posibilidades y por consiguiente podemos adaptarnos mejor a los diferentes tipos de suelos y climas
Se puede sembrar todo tipo de plantas: árboles, arbustos, trepadoras, anuales, vivaces, cactus…
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el tiempo de germinación es para algunas especies, muy largo.
¿Dónde sembrar?
En función del tipo de semillas:
- En el suelo (zanahorias, coles, lechugas…)
- En el suelo bajo protección, para las semillas que requieren una temperatura más elevada para germinar (tomates).
- En macetas o bandejas de alveolos, que situaremos en invernaderos o en casa para las especies más delicadas; se repicaran más tarde al suelo o en macetas más grandes.
Los sobres de semillas que podemos encontrar en el mercado incluyen instrucciones precisas sobre los periodos idóneos de siembra. Deberemos tener en cuenta que las semillas pierden su capacidad de germinar con el tiempo, por lo que no se recomienda sembrarlas si tienen varios años.
Tipos de siembra
Es importante preparar el suelo cavando para airearlo, a continuación, pasar el rastrillo para dejarlo liso y retirar las piedras. Para sembrar tenemos tres opciones:
- La siembra a voleo: Consiste en esparcir las semillas de la forma más homogénea posible por toda la superficie de suelo (césped, prado de flores). Esta operación se puede hacer con una sembradora o a mano.
- La siembra en surcos: Se utiliza sobre todo para las hortalizas (zanahorias, nabos, rábanos, perejil, …) Con la ayuda de un cordel trazaremos el surco a la longitud deseada. La profundidad del surco dependerá del tamaño de la semilla y varía entre 0,5 y 3cm. Cuanto más pequeñas sean menos deberemos enterrarlas. Para sembrar, repartiremos de forma regular las semillas en los surcos. No olvidarse de cubrir las semillas con tierra y regar después con una fina lluvia.
- La siembra en golpes: Se utiliza para semillas grandes (judías, pepinillos, melones, capuchinas, guisantes…) Trazaremos un lineo con un cordel y haremos los hoyos, en los que se depositan de 3 a 5 semillas. La distancia entre los hoyos depende de cada especie de cultivo. A continuación, cubriremos y regaremos. Esta técnica no requiere repicado.
- La siembra en macetas o bandejas: Escogeremos un buen substrato especial para siembra y colocaremos en el fondo de la maceta una capa uniforme de algún material drenante y posteriormente la rellenaremos con el substrato, aplanándolo con los dedos.
A continuación, sembraremos las semillas que habremos colocado en un cartón plegado a la mitad (permite repartir mejor las semillas). Como en el caso de la siembra a surcos, la profundidad de siembra es proporcional a su tamaño. Escalonaremos las siembras para obtener floraciones y cosechas más prolongadas.
Cubriremos las semillas con una capa de substrato de un espesor del doble del tamaño de las semillas y presionaremos ligeramente. Las semillas más finas (begonia, petunia, …) no deben cubrirse. Regaremos en forma de lluvia fina o con un pulverizador.
Por último, pondremos la maceta en un invernadero o en una habitación con luz y temperatura adecuadas. Se pueden cubrir las bandejas o macetas con un plástico o una placa de vidrio. En este caso deberemos tener precaución de ventilar el mini-invernadero cada día, al menos unas cuatro horas para evitar que el ambiente confinado no favorezca la podredumbre.
Las semillas grandes (sobre todo las de los árboles y las del perejil), tienen un periodo de reposo largo o una piel gruesa que dificulta la germinación. Una forma de mejorar este aspecto consiste en sumergirlas durante 24-72 horas en agua tibia, para reblandecer la piel.
Mantenimiento de las semillas
Regaremos de forma regular las semillas en forma de lluvia fina. Una falta o exceso de agua puede ser fatal. En el caso de la siembra en el suelo hay que eliminar las malas hierbas (hierbas no deseadas) de forma regular para que las plántulas se puedan desarrollar correctamente. Si se ha sembrado demasiado denso deberemos aclarar y repicar en otra bandeja o en una maceta pequeña.
- Aclarar: Consiste en eliminar las plantas más pobres y las que crecen demasiado juntas. La distancia de aclareo depende de la especie cultivada. Por ejemplo, los rábanos de espacian 2cm, las zanahorias 4cm, los nabos y remolachas 6cm y las lechugas 10cm. Conviene aclarar a partir del momento que las plantas han desarrollado 3 o 4 hojas.
- Repicar: Las plantas sembradas bajo protección requieren uno o varios repicados. Estos consisten en trasplantar la plántula a un nuevo substrato y a un contenedor mayor.
Se realiza cuando la planta tiene dos pares de hojas desarrollados. La planta aun es frágil y por ello deberemos de tener máximo cuidado para no dañar las raíces. Con un plantador realizaremos un orificio profundo y colocaremos la planta dentro teniendo cuidado de que la raíz quede recta. Utilizaremos un substrato especifico y regaremos siempre al final del proceso.
Los híbridos F1
Los híbridos F1 son el resultado del cruce de dos variedades. Son variedades muy regulares y productivas, inmejorables para crear un macizo homogéneo o que maduren al mismo tiempo. Eso sí, son más caras. Los hijos de los híbridos no poseen las cualidades de sus padres. Por ello, no podemos plantar semillas obtenidas de híbridos F1